concentration vs playing

Surgió el tema de “concentración” el otro día en la clase de Técnica Alexander en grupo. Estabamos haciendo el descanso constructivo y la pregunta era si debemos concentrarnos cuando lo hacemos. Me encantó la pregunta porque revela las ganas que tenemos cuando aprendemos algo de hacerlo “bien”. Tendemos a dar mas importancia al objetivo que a como estamos tratando a nosotros mismos mientras lo hacemos. Tendemos a “concentrarnos” para hacerlo bien. Cuando hacemos esto, nos esforzamos y enfocamos nuestra atención y energía en un solo punto. La consecuencia es perder noción del resto: del tiempo, personas, nuestro alrededor, la tensión excesiva en mente y cuerpo que estamos poniendo…
Pensemos en el imagen que tenemos de una cara “concentrada”. Suele ser con el ceño fruncido, los labios apretados, tensión en los hombros y las manos. Quizás también sudando del esfuerzo. Estas tensiones no contribuyen al fin que queremos lograr, de hecho nos tironean. A cambio, un niño jugando, por ejemplo, está involucrado completamente en su juego. Dirige su atención hacia su juego con todo su ser, pero no pierde la organización eficiente de su cuerpo, ni bloquea sus otros sentidos. Por supuesto el trabajo de un adulto es diferente al juego de un niño, pero podemos aprender mucho de la forma que tienen los chicos de jugar. El interés estimula el involucramiento de todo de nuestro ser. Será por esta razón que lo que nos interesa y nos gusta nos parece mas fácil que las cosas que no nos gusta?
Es posible estar involucrado en nuestra actividad, y poner nuestra atención ahí mientras incluimos a nosotros mismos en nuestra esfera de atención también. Y podemos expandir esa esfera a incluir el espacio alrededor, manteniéndonos conectados con lo que está adentro y lo que está afuera además de nuestra actividad o fin. Cuando un alimento o líquido está “concentrado”, está reducido. Nosotros también nos comprimimos con tensión. Pero cuando expandimos nuestra atención, empezamos a darnos cuenta de tensión que parecía normal, y lo empezamos a soltar. Encontramos equilibrio sin esfuerzo usándonos de una manera mas eficiente, nos movemos mas fácilmente, física y mentalmente. Nos alineamos porque dejamos de interferir inconscientemente con nosotros mismos. La energía fluye. De esto se trata la Técnica Alexander.