malcolm_edinburgh-2Hace unas semanas tomé la decisión de volver a correr. Varias veces en el pasado intenté correr – para bajar de peso o para estar en forma para bailar – pero no solo me daba fiaca arrancar y seguir, sufría cada momento de golpear mis pies contra el suelo. Escuchaba música para no aburrirme, o miraba la pantalla cuando corría en el gimnasio. En una época leía un libro que apoyaba en la máquina de la cinta! Todo para entretenerme, pensar en otra cosa, alejarme de la actividad que estaba haciendo que no me gustaba.
No diría que ato las zapatillas y salto con alegría cuando voy a correr todavía. Pero lo estoy tomando de otra manera esta vez. En estos años de estudiar la Técnica Alexander como alumna y profesora, me empezó a interesar mucho el proceso de movimiento. Sí, siento la necesidad de moverme, pero no de correr para __. Me interesa más observar y experimentar con COMO estoy corriendo. Por ejemplo, en lugar de sufrir el aburrimiento, pienso en esa relación óptima de cabeza-cuello-espalda que descubrió F.M. Alexander, y esto tiene el efecto de proporcionarme más liviandad. Mis pies ya no golpean como antes. Estoy conmigo mismo en el momento. Hoy observaba si había tensión innecesaria en mis manos y lo dedos de los pies. Observaba como fruncia el ceño y me preguntaba si me sumaba algo o si lo podía soltar. Pensaba en la posibilidad de inhibir (decir que no) a mi reacción automática de inclinar mi torso hacia adelante, permitiendo que mi energía me lleve hacia adelante y no hacia abajo. Cuando me dolía una cadera, en lugar de tensarme con miedo de viejos lesiones, volví a pensar en las direcciones (que son uno de los principios fundamentales de la Técnica Alexander), dirigiendo mi energía de una manera más eficiente, soltando tensión y corriendo más libremente.
Y así mi curiosidad me permite disfrutar más de correr. No sé como seguirá, pero estoy con ganas de salir a correr mañana y descubrir algo nuevo mañana.

(Foto de The Art of Running with Malcolm Balk,www.learningthealexandertechnique.com)